viernes, 17 de abril de 2009

LA CONTAMINACION DEL AIRE EN LA PAZ, UN EFECTO DEL SUB-DESARROLLO Y LA POBREZA

Con la finalización de la estación de lluvias en la ciudad de La Paz, en marzo empieza una estación corta de transición al invierno, caracterizada por días soleados y poco viento, señalando el inicio del estiaje o una reducción gradual de la humedad en el ambiente, secando la vegetación. No se trata realmente de un otoño en toda la extensión del término, sino de un período corto entre marzo y abril, hasta que el predominio de la sequedad del ambiente y la reducción de la temperatura ambiental nos indiquen que llegó el invierno paceño. La no ocurrencia de otoños plenos en La Paz se debe a su posición geográfica en la región subtropical y la altura espectacular a la que se encuentra nuestra ciudad.
Lamentablemente, en estos días sin viento es cuando más sentimos los efectos de la contaminación del aire provocado por el humo de diesel. Esto se debe a que es más frecuente el fenómeno de la inversión térmica. En condiciones normales, la temperatura del aire disminuye con la altura. La gradiente es aproximadamente de 6 a 7 grados centígrados menos por cada kilómetro de ascenso. Cuando se presenta un fenómeno de inversión térmica, la temperatura del aire es mayor a cierta altura que en la superficie, lo que impide o frena el ascenso del aire frío desde la superficie porque es más denso. Este fenómeno es típico de los valles como el de La Paz durante los meses de nuestro corto otoño. Justamente cuando ocurre la inversión térmica, es posible demostrar la seriedad de la contaminación del aire en La Paz. Virtualmente los nevados dejan de ser visibles desde las laderas al oeste de la ciudad y se puede distinguir con total claridad la superficie de inversión. Esto ocurre entre las 7 a 9 horas de la mañana, cuando la concentración de contaminantes aumenta y es más peligroso respirar.
Se ha especulado mucho sobre los efectos del humo de diesel en la salud, y recientemente empieza a existir consenso entre los científicos acerca de la relación entre la exposición a este contaminante del aire con enfermedades cardiovasculares.
En una reciente disertación doctoral en la Universidad de Umeå, en Suecia, el Dr. Tornqvist presentó los resultados de una investigación sobre las respuestas cardiovasculares a la exposición al humo de diesel. Encontró que en individuos sanos, la exposición al humo de diesel indujo una disfunción vasomotora aguda, lo que quiere decir que el tono vascular del torrente sanguíneo fue afectado, produciendo un desbalance de la presión arterial. Por otro lado, se debilitó el mecanismo químico responsable de la degradación de los coágulos sanguíneos, que a su vez evita la formación de trombos, este mecanismo tiene el nombre de fibrinolisis. Los trombos son extremadamente peligrosos porque tienen la capacidad de ocluir (taponar) vasos sanguíneos, dejando sin irrigación tejidos u órganos relacionados, que pueden llegar a morir. Si estos trombos fluyen por el torrente sanguíneo pueden ocasionar embolias. En personas que padecen de afecciones cardiacas, la exposición al humo de diesel produjo también una reducción de la capacidad de fibrinólisis, pero lo grave fue que mostraron síntomas de isquemia del miocardio, es decir que el músculo cardiaco recibió menos oxígeno que el que necesita para funcionar y puso a estas personas en riesgo de infarto cardiaco (Ver disertación doctoral en ingles en: www.diva-portal.org/diva/getDocument?urn_nbn_se_umu_diva-1670-2__fulltext.pdf)
Por su parte el Dr. Zapata, un científico boliviano, indica que el diesel de origen venezolano es un producto muy contaminante, ya que contiene de 20 a 40% de aromatizantes cancerígenos. Para adecuarse a su consumo, Bolivia ha modificado su tolerancia por encima de los niveles mínimos recomendados (http://www.patriagrande.org.bo/archivos/junio032008/gabo.pdf) El humo de diesel es una mezcla de miles de sustancias orgánicas e inorgánicas, muchas de ellas con efectos teratogénicos (mutaciones genéticas que producen malformaciones en los hijos) y cancerígenos. El humo de diesel siempre contiene una proporción de productos aromáticos policíclicos, entre los que se destaca el 3-nitrobenzantrona, uno de los contaminantes más peligrosos conocidos por su incidencia en el cáncer pulmonar.
Ante esta abrumadora evidencia científica, la pregunta que uno se hace es: ¿porqué somos incapaces de modificar la matriz de consumo de combustibles en el país por aquellos menos contaminantes y de los que tenemos en abundancia como el gas natural vehicular? ¿Por qué una parte de nuestros impuestos se destina a estimular el consumo de diesel? ¿no será que ello está promoviendo un suicidio colectivo?
Existe una cantidad de instrumentos de gestión ambiental que podríamos emplear con cierta creatividad. Por ejemplo:
a) El reglamento en materia de contaminación atmosférica de la Ley 1333 del medio ambiente que fue modificado por el DS 28139 de 16 de mayo de 2005, debe ser actualizado. No es correcto enfocarse en la emisión máxima tolerable de los vehículos, sean nuevos o de segunda mano, como en el efecto global que estos producen en conjunto. Esto es más válido ahora que la cantidad de vehículos a diesel está incrementándose considerablemente en la cuidad de La Paz. El resultado sería establecer unos límites móviles de los máximos permisibles de emisión de contaminantes, según la cantidad de vehículos en el parque automotor. A más vehículos, menos emisiones permitidas.
b) Hay que exigir responsabilidad social a las empresas. La instancia municipal correspondiente debe dar un plazo perentorio para que las empresas que basan su logística de distribución en vehículos a diesel, como las que distribuyen cemento, gaseosas, lácteos, e inclusive las de transporte de valores, cambien por vehículos a gasolina o introduzcan filtros adecuados en sus vehículos.
c) Sería interesante evaluar el sistema de incentivos que viene empleando la agencia de protección ambiental norteamericana para incentivar el “retrofit”, es decir la modernización de partes de los vehículos a diesel en regiones y/o municipios (Ver por ejemplo: http://yosemite.epa.gov/opa/admpress.nsf/0/E863053F1AAD5E88852575690071FB50)
d) Es necesario desarrollar y fortalecer la capacidad científica de Bolivia en general y de La Paz en especial para desarrollar mejoras conducentes a la reducción de la emisión de contaminantes por vehículos en actual uso, como filtros catalíticos y otros. Por otro lado, es imperativo investigar formas seguras y económicas de empleo de gas vehicular natural en buses de transporte público y escolar de la ciudad de La Paz, así como los vehículos municipales (que se constituyen en grandes contaminadores por su elevada cantidad)
e) Habría que cobrar más impuestos a los vehículos que contaminan más, es decir tanto en el cobro anual de impuestos, como en las barreras impositivas a la internación de vehículos a diesel. En el estado actual de situación de la calidad del aire en La Paz, habría que tomar medidas como la prohibición total para la internación de más vehículos a diesel.
f) Es necesario emprender campañas de educación ciudadana. Es increíble que ahora circulen vehículos livianos a diesel por la ciudad, algunos de ellos sin placas. Entre estas campañas, los medios de comunicación podrían elaborar el ranking de las empresas más contaminadoras mediante votación del público, a fin de presionarlas. Habría que distribuir boletines y panfletos entre los choferes del transporte público, explicándoles los riesgos de enfermedades que provocan en los peatones y pasajeros, y a los que se exponen ellos mismos, a fin de convencerles que apoyen un cambio de consumo de diesel por gas natural vehicular.
Es evidente que existen muchas más medidas que podrían tomarse. Las dudas son: ¿se animará a hacerlo alguna autoridad nacional o local?¿habría que impulsar la discusión de este asunto entre las organizaciones de la sociedad civil?¿será que el sector privado podría tomar la iniciativa?
Mientras lo deciden, sería muy buena idea empezar a buscar una mascarilla personal contra la contaminación del aire.