martes, 12 de julio de 2016

Gran parte de lo que conocemos de la fruticultura moderna proviene de la revalorización de los conocimientos técnicos que manejan normalmente los productores de frutas. Esto tiene una razón sencilla: es difícil conseguir financiamiento para proyectos de investigación de largo plazo, como suele ocurrir con la producción de frutas. Normalmente, desde que se siembra una semilla de pie de injerto de un frutal, hasta que realmente se obtiene fruta pasan unos 5 a 7 años. Esto quiere decir que hay que esperar ese tiempo para verificar los resultados de los experimentos. Administrativamente, existen pocas posibilidades de conseguir un financiamiento de tan largo plazo para investigar los frutales aplicando el método científico. La alternativa es romper con la epistemología dominante de la creación del conocimiento científico y apelar a los saberes locales y la experiencia de los cultivadores de frutas. Este ha sido el factor clave para adquirir la tecnología que hoy tenemos a disposición para producir abundante fruta.