domingo, 22 de julio de 2012

EL DESARROLLO DE ALTUNQUIRIMARCA
En el eterno invierno altunquirimarqués se suele vivir muy cerca del cielo a 4100 metros sobre el nivel del mar y algo alejado de la algazara bullanguera de la vecina ciudad del valle. Descartando el frío, Altunquirimarca es una ciudad habitable, al menos por su topografía plana y ligeramente inclinada hacia el suroeste, con lo que el riesgo de inundaciones y deslizamientos en la temporada de lluvias es muy bajo. Prácticamente todos los altunquirimarqueses poseen una casa con patio, con jardín cultivado o no, pero patio al fin, lo que agrega un componente de calidad de vida a las familias que rara vez se toma en cuenta. El hecho de que exista una población de perros igual o superior a la de personas en Altunquirimarca, no tiene mucha relación con la existencia de patios en las casas, ya que la mayor parte de estos animales vive en la calle para defender el pedazo de acera de sus dueños –muchas veces violentamente, lo que los convierte en un peligro letal para la población-. La tenencia de perros es un fenómeno cultural de origen rural, que evidentemente puede convertirse en una pesadilla de ladridos durante las tranquilas noches altunquirimarquesas, en especial para los vecinos que prefieren el silencio para descansar. Hay algunas personas que viven bien en la ciudad de Altunquirimarca, en el marco de ciertas limitaciones, como la necesidad de desplazarse a la ciudad del valle por libros y algunos alimentos de “segunda necesidad”, prescindibles, por cierto. No existe una sola librería en Altunquirimarca. Está por demás mencionar que la variedad y calidad de los alimentos para cocinar que se encuentra en los mercados altunquirimarqueses es elevada, aspectos que no son tan evidentes al momento de ir a comer a algún local de expendio de comidas. Tal vez ello se deba a la proliferación de locales de comida rápida en el sector comercial de la ciudad, que al haber cooptado a los funcionarios municipales con prebendas, con frecuencia venden alimentos en mal estado, como pollos podridos lavados con lavandina para quitarles el mal olor (señal de la viveza de los altunquirimarqueses). “Fat’s Food” dice un letrero (por fast food) y el error de escritura hace sentido, como lo hacen los errores ortográficos de los alteños al escribir letreros y anuncios en castellano, lo que me hizo dudar en varias ocasiones sobre la pertinencia de la ortografía. En todo caso, si la familia puede dedicar algo de tiempo para cocinar en el hogar, la alimentación del altunquirimarques puede ser de alta calidad nutricional y barata. Poco a poco se van superando los hábitos de consumir un exceso de grasas y alimentos poco balanceados, aunque por el frío, el cuerpo pide y se hace necesario incrementar la cantidad de carbohidratos en la dieta. También existen personas que la pasan mal en Altunquirimarca. Los elevados índices de desempleo para una población económicamente activa con niveles relativamente altos de educación –en especial, licenciados en ciencias de la educación y derecho- pueden ser la combinación perfecta para desatar reacciones violentas que dan salida a frustraciones acumuladas cotidianamente en las calles, en las plazas, en el hogar y en las relaciones sociales en la vecindad. Tal vez por eso, los altunquirimarqueses hallamos refugio en el alcoholismo –una mezcla de cultura ancestral y vicio, al igual que en el resto del país-, en la crítica desmesurada y con frecuencia violenta a las autoridades locales. Algunos altunquirimarqueses también encontramos refugio a nuestras frustraciones en la contemplación de la luna y los atardeceres, que en esta parte del mundo muestran un espectáculo gratuito diario entre las 17 y 19 horas. Hay que mencionar que nunca se observan dos atardeceres iguales, aún en la temporada de lluvias, ni existen muchas otras oportunidades en otras regiones de descubrir una paleta de colores tan variada como poética. Al no encontrar muchas fuentes de ingresos, los altunquirimarqueses tienden a sacrificar consumo para incrementar el ahorro, lo que les permite contar siempre con cierta capacidad de inversión. En la mayor parte de los casos, esa capacidad de inversión es todavía demasiado baja, pero lo importante es destacar la cultura de ahorro de la población, que le puede llevar a aprovechar mejor las pocas oportunidades de capitalizarse para saltar hacia una inversión rentable. Hábiles comerciantes y artesanos, los ciudadanos le han dado identidad económica a la ciudad. Con mayor o menor eficiencia, van diseñando sus planes de negocios de manera intuitiva, observándose un desarrollo cualitativo de las capacidades para consolidar diferentes emprendimientos. Hay evidencia sobre la existencia de redes de cooperación y solidaridad entre algunos grupos de altunquirimarqueses, aparentemente agrupados por comunidades o regiones rurales de origen, observándose una atractiva relación entre la fortaleza de los vínculos y el éxito económico alcanzado, lo que corroboran los estudiosos del capital social. Está claro que estos vínculos de confianza y cooperación no están extendidos a toda la población y tampoco se dan entre todos los indígenas migrantes o criollos de Altunquirimarca, ni “intra-” ni “inter-étnicamente”. Es más, existen también evidencias que muestran rivalidades entre grupos, que a veces los llevan a acciones irracionales, en especial si se asocian a momentos de consumo social de bebidas alcohólicas. En líneas generales, el proyecto económico de los altunquirimarqueses está relativamente definido por sus habitantes. Las condiciones de temperatura y humedad hacen que la ciudad toda tenga un potencial de almacenamiento de bajo costo para alimentos y otros productos, lo que sumado a su infraestructura de carreteras le da un nivel de competitividad inicial interesante para arrancar con el desarrollo de conglomerados industriales. Si bien el almacenamiento de bienes es un buen punto de partida, lo que realmente se percibe como potencialidad de desarrollo económico de largo plazo está asociado a las habilidades manuales e intelectuales con que cuenta la población, que podría irse insertando en procesos de producción industrial a base de entrenamiento, creatividad y productividad derivada del apego al trabajo que exhiben nuestros ciudadanos. En este sentido, el horizonte es tan amplio que puede abarcar desde la producción de software computacional de exportación (los jóvenes altunquirimarqueses muestran un elevado potencial en informática, tal vez porque su estructura mental está asociada al conocimiento de su idioma indígena, considerado de estructura cibernética), la industria de muebles de madera tropical proveniente de bosques certificados, la industrialización de recursos derivados del aprovechamiento sostenible de la biodiversidad (Altunquirimarca está ubicada en un país megadiverso), como medicamentos, alimentos y otros productos, así como el aprovechamiento de recursos naturales no renovables en sectores industriales estratégicos, donde se podría posicionar industrias locales que luego podrían dedicarse intensamente a procesos de sustitución de materiales para mantener su segmento de mercado. Tampoco es descartable de entrada la posibilidad de diversificar el aprovechamiento de los recursos hidrocarburíferos y mineros que abundan en el país, siendo Altunquirimarca uno de los posibles territorios donde establecer este tipo de industrias. La definición de un proyecto político en Altunquirimarca es un tema más complicado que el económico, porque las posiciones se encuentran tensionadas al menos entre tres nodos ideológicos que dificultan la construcción de una identidad política. El primer nodo radica en que las tendencias de retorno a lo ancestral expresado como realización política de la población son tergiversadas con frecuencia, impidiendo un rescate pragmático de lo positivo y valioso, y un aprender a desechar lo supérfluo y negativo de esta herencia ancestral. Un segundo nodo pugna por perfilar un proyecto socialista con posiciones intermedias que van desde el anarquismo hasta la restauración de la dictadura de alguna clase social que no tenga nada que perder, excepto sus cadenas; sin llegar a un acuerdo sobre cuál sería esta clase social: el proletariado (categoría inexistente en Altunquirimarca), los profesionales sin empleo, los gremiales o los vecinos sin techo. El tercer nodo pugna por asumir un proyecto capitalista, aceptando sus reglas del juego para preparar de mejor manera a la población con miras a desencadenar procesos organizativos que la conduzcan hacia una inserción capitalista menos traumática. La salida más probable es que el proyecto político altunquirimarques finalmente se ancle en un punto intermedio entre los tres nodos, en un escenario pluralista y democrático, dando por fin viabilidad política a la principal necesidad del desarrollo: la construcción de una cultura de transparencia entre las autoridades públicas y los diferentes actores de la sociedad civil. Es obvio que quienes se sientan perjudicados por la transparencia se opondrán tenazmente a cualquier avance en este sentido, y en realidad ya lo vienen haciendo desde siempre. La formulación del proyecto económico y político se podría ver como objetivo deseable para el desarrollo de Altunquirimarca. El medio para llegar a consolidarlo está ligado a la forma cómo la sociedad puede llegar a acuerdos y consensos, es decir las herramientas para avanzar deben ser exploradas en los ámbitos social y organizativo. Además el primer paso siempre entra en el plano educativo buscando desarrollar los liderazgos subyacentes en personas representativas de distritos geográficos, sectores, cadenas productivas o grupos corporativos. Sería deseable operar con el desarrollo de liderazgo entre los jóvenes altunquirimarqueses. Es preferible trabajar con jóvenes porque las características fundamentales a consolidar en los líderes para el desarrollo son: honestidad a toda prueba, capacidad de aprendizaje autónomo, actitud ética de análisis y crítica con propuesta, cultura emprendedora en diferentes ámbitos, humildad y compromiso con la gente y su desarrollo. Es necesario destacar que en una primera etapa siempre se debería tender a formar líderes locales, es decir aquellos que sean capaces de articular y facilitar procesos de acción y reflexión en ámbitos más pequeños y manejables. Posteriormente, deberían seleccionarse dentro del conjunto de líderes locales a unos cuantos que se perfilen con potencialidades de propuesta a nivel de toda la ciudad, los que realmente podrían llegar a articular procesos de desarrollo integral y tener capacidad de incidencia en el gobierno municipal y las organizaciones de la sociedad civil. Actualmente existe una diversidad de herramientas de análisis y reflexión para trabajar en la formación de los líderes y para que éstos a su vez organicen acciones con grupos de jóvenes en los espacios locales. Los ámbitos de trabajo experimental de inicio podrían abarcar la gestión ambiental, la organización de redes sociales para la vigilancia en medicina preventiva, la generación de pequeños emprendimientos económicos, la formación política, el desarrollo de expresiones culturales y artísticas, etc. Dependiendo de los intereses específicos de cada grupo, sería posible también articular desde el inicio un proceso de acción-reflexión-propuesta que vaya encontrando sistemáticamente soluciones, propuestas y posiciones de consenso para avanzar hacia el proyecto económico y político de la ciudad. Con un método parecido, poniéndole mucho corazón aunque menos sistemáticamente, hace un cuarto de siglo los jóvenes voluntarios de la Cruzada Nacional de Alfabetización consiguieron reducir dramáticamente la tasa de analfabetismo de Nicaragua. Lo asombroso es que lo lograron en medio año. ¿Será que dándonos un año de trabajo a conciencia podremos reducir la tasa de desempleo y la pobreza de Altunquirimarca? Solamente podremos saberlo si empezamos a hacerlo ahora.

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